49. Cabecera entrevista JL Zuazola
José Luis Zuazola, Presidente de ASELUBE
Con 20 años a sus espaldas en el sector del lubricante, y muchos de ellos con distintos cargos de responsabilidad en Aselube, José Luis Zuazola llegó a la presidencia de la Asociación Española de Lubricantes en plena pandemia, a finales de un 2020 en el que el mercado se desplomó y el futuro se presentaba tremendamente incierto. Desde entonces, no se han dejado de vivir acontecimientos excepcionales en el sector, desde los problemas en la producción en distintas partes del mundo, la escasez de suministros, la crisis de los semiconductores, el atasco del transporte, una demanda débil y discontinua y, en el último año, una crisis de precios energéticos disparados, acelerada por la Guerra de Ucrania, y que amenaza con la recesión en muchas de las grandes locomotoras económicas. A todo ello se unen cambios legislativos en marcha, ligados a la transición ecológica, que van a requerir importantes adaptaciones para los fabricantes del sector.
21-11-2022

24. Parrafo entrevista Zuazola (1)
Se puede decir que, en los últimos años, ha pasado casi de todo. ¿Cómo ve el actual momento económico?
Después de dos años de depresión pandémica, la salida de esta larga crisis sanitaria no nos ha devuelto, ni mucho menos, la ansiada normalidad y prosperidad. El mundo ha cambiado definitivamente y este 2022 nos ha traído un entorno de gran inestabilidad. La inflación preocupa mucho en los países occidentales y los bancos centrales se han apresurado a encarecer el dinero con el fin de enfriar las economías, aunque el equilibrio entre estas medidas y provocar un frenazo en el crecimiento, que sigue siendo tibio en muchos países, es muy complejo. Lograr ese delicado equilibrio entre las medidas de intervención para paliar la escalada de precios y dejar que la economía siga moviéndose será la clave para salir de una situación muy compleja que vivimos, y que además se ve afectada por factores exógenos, como la Guerra de Ucrania, o la dependencia energética de Europa, que no podemos controlar fácilmente.
Todo ello nos coge, además, en un contexto de transición energética, necesaria, pero no siempre bien entendida ni ejecutada, como esta crisis energética se está encargando de hacernos ver, con algunos países de nuestro entorno cercano cambiando sus estrategias de energía a marchas forzadas.
Respecto al sector fabricante de aceites industriales, ¿en qué punto se encuentra dentro de ese contexto?
Durante la pandemia tuvimos una brusca caída de la demanda que provocó, a su vez, la contracción de la oferta. Y con la recuperación de la normalidad se han invertido los papeles: la demanda despegó pero hubo importantes problemas de oferta, especialmente de bases lubricantes, transporte marítimo, transporte por carretera, así como paradas programadas y no programadas en refinerías. A esto se han ido sumando una serie de acontecimientos que han afectado mucho a la fabricación de aditivos.
Aun así, las empresas de Aselube han tenido un magnífico comportamiento, redoblando esfuerzos para garantizar el abastecimiento de producto terminado, manteniendo los compromisos con nuestros clientes y, por supuesto, con la calidad. No ha sido fácil, porque los problemas han sido evidentes, pero creo que el sector ha estado a la altura y hemos puesto nuestro granito de arena para –al menos en cuanto al lubricante– no trasladar estos bloqueos a la actividad industrial o la movilidad.
Hoy día podemos decir que, aunque lentamente, demanda y oferta se están por fin ajustando, y los problemas de suministro están mejorando. Han tenido que pasar muchos meses para ello, porque hablamos de procesos a nivel mundial cuyos ciclos son largos. Lo que ha quedado claro es que el mundo está más conectado que nunca, y que la interdependencia en el aspecto productivo y logístico es total: un bloqueo marítimo en el canal de Suez, una tormenta en Texas, o restricciones energéticas en China pueden provocar retrasos, carestía o roturas de stock que afecten directamente a operaciones comerciales en el otro lado del mundo.
La demanda de lubricantes está íntimamente ligada a la evolución económica, porque el mayor o menor empuje de la industria, del transporte y del consumo privado determinan las ventas de estos productos. A juzgar por lo que tienen los lubricantes de ‘termómetro’ económico, ¿cuál es la perspectiva para los próximos meses y 2023? ¿Hay una amenaza real de recesión y, lo que sería aún peor, de estanflación?
Aunque en el arranque de año la demanda fue algo inferior a la de 2021 –sobre todo por el ‘efecto base’ de que el comienzo de 2021 fue especialmente dinámico– esperamos acabar el año ligeramente por encima del pasado. Para ello será importante ver la evolución de la recta final del año, y cómo afecta la inflación y las noticias sobre un posible estancamiento a la confianza y las decisiones de compra de la industria y los consumidores. Los indicadores, hasta ahora, han sido positivos e incluso: todas las previsiones hablan de un cierre de 2022 y de un 2023 con crecimiento, aunque es verdad que con cifras muy tímidas, en línea con nuestras previsiones para los lubricantes. Es verdad, por lo tanto, que a poco que empeore la situación, nos encontraríamos, como mínimo, en recesión técnica. Y desde luego que ello combinado con una altísima inflación es un escenario complejo con el que deberemos lidiar. Desde Aselube puedo afirmar que lo haremos como hemos hecho hasta ahora: asumiendo nuestro compromiso con nuestros clientes, porque solo así conseguiremos remar en favor de nuestra economía.
32. Parrafo cita Zuazola
“
Aunque en el arranque de año la demanda fue algo inferior a la de 2021 –sobre todo por el ‘efecto base’ de que el comienzo de 2021 fue especialmente dinámico– esperamos acabar el año ligeramente por encima del pasado.
„
El lubricante es un producto obtenido básicamente del petróleo. ¿Cómo están viviendo las compañías de lubricantes la escalada de precios de la energía?
Como todo el mundo sabe, el petróleo y sus derivados están, junto al gas y la electricidad, en el centro de la crisis energética que vivimos. Los fabricantes de lubricantes industriales nos abastecemos, precisamente, de distintos derivados del petróleo, muchos de los cuales han escaseado en los últimos tiempos, por los motivos ya descritos, pero también porque todos los cambios en la movilidad y el transporte están también acelerando la transformación del modelo energético y, en consecuencia, también se ha forzado a la industria petroquímica a adoptar cambios profundos en su estrategia y en la disponibilidad de diversos materiales, como son los aceites base y los aditivos, que son nuestras materias primas básicas para producir lubricantes, han experimentado subidas de precio también muy importantes. Y ello sin olvidar que nuestro proceso de fabricación es intensivo en el consumo de energía, y que la utilización del producto terminado está tan diversificada en el tejido empresarial que se apoya en gran medida en una distribución capilarizada a través del transporte de mercancías.
Esto, en un entorno más estable, podría haberse gestionado con unos sobrecostes notablemente más bajos que los que estamos sufriendo y que en mayor o menor medida acaban trasladándose al producto final.
De todas formas, excepto para determinadas sustancias, parece que la tendencia alcista de los precios se está moderando a partir del verano, lo que ya se está apreciando, por ejemplo, en los precios de la gasolina. Esperemos que esta tendencia se pueda confirmar, reduciendo tensiones en toda la cadena de producción.
24. Parrafo Zuazola (2)
¿Cómo se está afrontando desde las compañías de lubricantes la transición ecológica y la llamada ‘descarbonización’ de la economía’?
No cabe duda de que todos los cambios que han sucedido últimamente parecen empujarnos a acelerar la transición hacia una economía más sostenible y en mayor armonía con el medio ambiente. El sector del lubricante lleva muchos años a la vanguardia de la sostenibilidad, mediante la producción de aceites industriales más duraderos, y con un menor impacto ambiental y una menor huella de carbono, no sólo en el propio proceso de fabricación, sino en su utilización. Recordemos que en automoción el lubricante es un elemento clave para las emisiones del vehículo. En aplicaciones industriales, además de trabajar con materiales con mejor resistencia a la degradación y vida útil más larga, con los productos lubricantes adecuados se mejora el rendimiento energético, y por tanto se reduce la huella de carbono asociada.
Los lubricantes son un componente con una importante carga tecnológica, en el que las compañías fabricantes llevan años realizando grandes inversiones para mejorar sus prestaciones, y para que, por ejemplo, con estos aceites de nueva generación, los motores consuman menos, las máquinas duren más, emitan menos CO2 o generen menos cenizas. Por lo tanto, el trabajo de los fabricantes de lubricantes lleva años ligado directamente a la descarbonización y la protección del medio ambiente.
También apoyamos firmemente la formulación con bases regeneradas –si bien es necesario que éstas den un salto de calidad para ampliar sus posibilidades de utilización– y la Economía Circular del lubricante. No en vano, las empresas de Aselube fuimos impulsoras del sistema SIGAUS, un referente en Europa en la gestión de aceites usados y cuyos resultados en términos de objetivos logrados y la aportación de valor añadido en aspectos como la eficiencia, la disponibilidad de información o la sensibilización social son incuestionables.
Hablando de Economía Circular, en los próximos meses se espera la aprobación de un nuevo real decreto de envases comerciales e industriales, que obligará –en el plazo de 12 meses– a los fabricantes de aceites industriales a hacerse cargo de este tipo de envases. El sector se ha preparado para ello mediante la creación de la entidad GENCI ¿Cómo ha sido ese proceso?
Al igual que ocurrió con la creación de SIGAUS, puedo decir que la actuación de Aselube ha sido rápida y eficaz, y nos sitúa hoy en una posición privilegiada no sólo de cara al cumplimiento de la normativa por venir, sino para cumplir ya la normativa vigente, porque esta exigencia ya es obligatoria en el caso de los productos comercializados en Baleares.
Es evidente que, tras 15 años de experiencia con el aceite usado, SIGAUS era el agente ideal para canalizar el cumplimiento de estas nuevas responsabilidades. Aunque se trata de un residuo distinto, los canales de generación, talleres e industria, son los mismos. Y a ello sumamos su capacidad de interlocución con todos los actores de la cadena de valor (Administraciones, fabricantes, gestores, productores de residuos) y, algo muy importante, como es la trazabilidad y el manejo de la información.
A través de la nueva entidad creada por SIGAUS, GENCI, damos ya respuesta a la normativa en Baleares y estamos totalmente listos para dar la cobertura necesaria en toda España cuando sea obligatorio un sistema de gestión nacional de estos envases. En este tema puedo decir que estoy orgulloso de cómo el sector ha vuelto a responder, una vez más, a un desafío normativo y ambiental.